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domingo, 1 de junio de 2014

Rosario al Sagrado Corazón

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DADO POR  JESÚS A LA VIDENTE SANTA MARGARITA MARÍA DE ALACOQUE

"Mira este corazón mío, que a pesar de consumirse en amor abrasador por los hombres, no recibe de los cristianos otra cosa que sacrilegio, desprecio, indiferencia e ingratitud, aún en el mismo sacramento de mi amor. Pero lo que traspasa mi Corazón más desgarradamente es que estos insultos los recibo de personas consagradas especialmente a mi servicio." - Jesús a Santa Margarita de Alacoque

Se compone de cinco cuentas mayores(blancas) y cincuenta y tres menores (rojas).

Las promesas hechas por el Sagrado Corazón de Jesús:
1º A las almas consagradas a mi Corazón, les daré las gracias necesarias para su estado.
2º Daré paz a sus familias.
3º Las consolaré en todas sus aflicciones.
4º Seré su amparo y refugio seguro durante la vida, y principalmente en la hora de la muerte.
5º Derramaré bendiciones abundantes sobre sus empresas.
6º Los pecadores hallarán en mi Corazón la fuente y el océano de la misericordia.
7º Las almas tibias se harán fervorosas.
8º Las almas fervorosas se elevarán rápidamente a gran perfección.
9º Bendeciré las casas en que la imagen de mi Sagrado Corazón se exponga y sea honrada.
10º Daré a los sacerdotes la gracia de mover los corazones más empedernidos.
11º Las personas que propaguen esta devoción tendrán escrito su nombre en mi Corazón y jamás será borrado de él. (Esta primera es considerada como la GRAN PROMESA dada por Jesús)

Inicia con la siguiente oración:

Alma de Cristo, santifícame!.

Corazón de Cristo, enciéndeme!,

Cuerpo de Cristo, sálvame!,
Sangre de Cristo, embriágame!

Agua del Costado de Cristo, lávame!

Pasión de Cristo, confórtame!

Oh! buen Jesús, óyeme!

Dentro tus Llagas, escóndeme!

No permitas que me separe de Ti!

Del enemigo maligno, defiéndeme!

En la hora de mi muerte, llámame!

Y mándame que venga a Ti,

Para alabarte con tus Santos,

Por los siglos de los siglos. Amén.

Oraciones para iniciar el Rosario

1. Oración Preparatoria.- Oh Dios, que por medio del Corazón de tu Hijo, herido por nuestras culpas, te dignas, en tu misericordia infinita, darnos los tesoros de tu amor; te pedimos nos concedas que, al presentarte el devoto obsequio de nuestra piedad, le ofrezcamos también el homenaje de una digna satisfacción. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.

2. Consideración del día.

Consideraciones del día. Primera decena del mes: del 1 al 10

Día 1. La Cruz es el árbol en que quiso redimirnos Jesús. Quiso morir con los brazos extendidos para abrazar a todos los hombres. Amemos a quien tanto nos ha amado, dando su vida por nosotros.

Día 2. La Cruz es la escalera por la cual podemos subir al Cielo. Quien pretenda salvarse por otro camino, se equivoca y va a su eterna ruina. Abracémonos con la Cruz.

Día 3. La Cruz es la balanza con que Jesús paga el precio de nuestro rescate. Nuestros méritos son nulos; los de Jesús son infinitos. Confiemos en Jesús Crucificado.

Día 4. La Cruz es la espada con la cual venceremos a los enemigos de nuestra salvación. Sin ella seremos vencidos. Sin Jesús nada podemos; con Él podemos todo.

Día 5. La Cruz es la palanca que, apoyándose en los méritos de Jesús, nos da fuerzas para levantar la pesadez de nuestra naturaleza caída y elevarla a lo sobrenatural.

Día 6. La Cruz es el puente que, al atravesar el abismo de la muerte, nos trasladará a las orillas ciertas y placenteras de una eternidad feliz. i Ay del que no se vale de ella ¡

Día 7. La Cruz es el martillo que aplastará un día a cuantos van contra ella. De Dios nadie se burla. Ahora calla; pero vendrá un día en que hablará y... Premiará o castigará.

Día 8. La Cruz es la llave con que Jesús ha querido abrirnos las puertas de la gloria y cerrarnos las del infierno. Llevémosla siempre sobre nuestro pecho y tengámosla en la cabecera de nuestro lecho.

Día 9. La Cruz es el áncora que nos salvará de las tempestades del mar proceloso de este mundo y nos conducirá al puerto seguro de salvación. Sin ella pereceremos infaliblemente.

Día 10. La Cruz es el faro que ilumina nuestra inteligencia, nos habla del infinito amor de un Dios y nos muestra el término de nuestra vida. Pensemos en lo que nos espera.

Segunda decena: del 11 al 20

Día 11. Lanzada contra el Corazón de Cristo es la blasfemia, o la proferida por labios inmundos, o la declamada en la tribuna, o la impresa en el libro herético o impío. iAborrezcámosla!

Día 12. Lanzada contra el Corazón de Cristo es la inmoralidad que a tantas almas seduce y que se manifiesta en el hablar y vestir, en la playa y en los espectáculos, en la novela y aún en el deporte. iAlerta con ella!

Día 13. Lanzada contra el Corazón de Cristo es la impiedad, el desprecio que se hace de las cosas sagradas; la burla y el sarcasmo contra las mismas; la negación de las verdades y doctrinas de Jesús.

Día 14. Lanzada contra el Corazón de Cristo es la profanación que se hace impune y públicamente de los días del Señor; la omisión de la Santa Misa; el convertir los días santos en días de pecado.

Día 15. Lanzada contra el Corazón de Cristo son los odios que reinan hoy en el mundo, tan contrario a Aquel que vino a enseñarnos las dulzuras de la divina Caridad y amor entre todos.

Día 16. Lanzada contra el Corazón de Cristo son las persecuciones que sufre la Iglesia, salida del Costado del Divino Redentor, sobre todo los que sufre de parte de las naciones anticristianas.

Día 17. Lanzada contra el Corazón de Cristo es el ateísmo materialista que pretende hoy dominar el mundo, borrar de las inteligencias todo el orden sobrenatural y sumirlo en el abismo de toda maldad.

Día 18. Lanzada contra el Corazón de Cristo son los tantos sacrilegios como se cometen contra todo lo más santo y sagrado y en la recepción de los santos Sacramentos indignamente recibidos.

Día 19. Lanzada contra el Corazón de Cristo es el desconocimiento que reina de la vida y doctrina de Jesús, aun por parte de muchos cristianos, que lo son solamente de nombre, pero no en realidad.

Día 20. Lanzada contra el Corazón de Cristo es la condenación eterna de tantos hombres, que no han querido aprovecharse de la Divina Sangre, derramada para su salvación.

Tercera decena: del 21 al 30

Día 21. Espina para el Corazón de Jesús es la falta de una fe viva por parte de muchos que le aman y sirven, y le sirven casi a la fuerza y arrastrándose más que caminando, en la vida espiritual.

Día 22. Espina es la falta de conformidad con la voluntad de Dios, que hace murmurar de la Divina Providencia, cuando las cosas no suceden según el propio gusto o capricho.

Día 23. Espina es la falta de caridad que tienen los pudientes con los menesterosos. Siempre habrá pobres en el mundo; pero no habría de haber miserables. Jesús impone la caridad como ley suya.

Día 24. Espina es la falta de devoción que manifiestan muchos cristianos en sus mismas oraciones; y las irreverencias que cometen en los templos con su porte poco cristiano.

Día 25. Espina es para el Corazón de Jesús la falta de paciencia y dominio propio de muchos cristianos, que no saben sufrir la menor contrariedad sin quejarse o incomodarse.

Día 26. Espina es para el Corazón de Jesús la sobra de comodidades de aquellos cristianos que se espantan al solo nombre del sacrificio y nada hacen por amor de Jesús, que tanto sufrió por ellos.

Día 27. Espina es la sobra de amor propio que domina en tantos corazones que no pueden soportar el menor aviso o corrección, viviendo por otra parte llenos de defectos.

Día 28. Espina es la sobra de negligencia con que se hacen las cosas de Dios. Mientras algunos son todo actividad y energía para las cosas puramente temporales.

Día 29. Espina es la sobra de frialdad, causa de que muchos cristianos, por otra parte buenos, cometan muchos pecados veniales sin que traten de enmendarse de ellos.

Día 30. Espina es para el Corazón de Jesús ver la falta de cristianos en los templos y la sobra de ellos en los centros de mundanas diversiones. El Corazón de Jesús ama, y no es amado. ¿Qué haces tú?

En la cuenta mayor (en vez del Padre nuestro) se dice:

Dulcísimo Jesús! Haz mi corazón semejante al tuyo.
Te adoramos Cristo afligido en el Huerto, despreciado todavía de los hombres ingratos en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía. Tu sólo Santo; tu sólo Señor, tu sólo Altísimo Jesús.

En las 10 cuentas menores (en vez del Ave María) se dice:
Te adoramos Corazón sacratísimo de Jesús: enciende mi corazón con el divino fuego en que te abrasas.
Al final de las 3 decenas se dice: Padre nuestro y Ave María

ORACIÓN

Oh! Jesús, que con inefable milagro del amor de tu Corazón te dignaste darte todo en manjar a nosotros en el Sacramento del Altar, concede que todos los que detestamos y lloramos de todo corazón las injurias y sacrilegios cometidos por los mortales ingratos contra Ti en este sagrado misterio, seamos encendidos con los afectos del mismo sacrosanto Corazón, y ensalcemos la misericordia del mismo Divino Corazón con dignas alabanzas por toda la eternidad. Amén.

Oración final 1.- Oh Señor Jesús tus santos misterios infundan en nosotros un fervor divino, conque, recibida la suavidad de tu dulcísimo Corazón, aprendamos a despreciar lo terreno y amar lo celestial. Tu que vives y reinas por siglos infinitos. Amén

Oración final 2: Omnipotente y sempiterno Dios, mira al Corazón de tu muy amado Hijo y a las alabanzas y satisfacciones que te tributa en nombre de los pecadores; concede benigno el perdón a los que invocamos tu misericordia, en el nombre del mismo Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en unión del Espíritu Santo Dios, por todos los siglos de los siglos. Amén.

Oraciones y afectos piadosos al Corazón de Jesús

Corazón de Jesús, Templo dignísimo del Padre Eterno, Inflama mi corazón con el amor divino en que te abrasas.
Corazón de Jesús, asiento del Verbo Divino, Inflama….
Corazón de Jesús, morada del Espíritu Santo, Inflama….
Corazón de Jesús, Sagrario de la Santísima Trinidad, Inflama…
Corazón de Jesús, en quien habita toda la plenitud de la Divinidad, Inflama…
Corazón de Jesús, en quien están depositados los tesoros de la Sabiduría eterna, Inflama…
Corazón de Jesús, en quien se encierran las riquezas del amor increado, Inflama...
Corazón de Jesús, afligido por nosotros, Inflama...

Corazón de Jesús, injuriado con nuestras ingratitudes, Inflama…
Corazón de Jesús, herido con la lanza por nuestros pecados, Inflama…
Corazón de Jesús, fuente de toda consolación, Inflama…
Corazón de Jesús, refugio de los atribulados, Inflama…
Corazón de Jesús, amparo y defensa de los que te adoran, Inflama…
Corazón de Jesús, delicia de todos los Santos, Inflama…
Jesús manso y humilde de Corazón, haced mi corazón según el vuestro

ORACIÓN

Señor Jesucristo, que te dignaste descubrir las inefables riquezas de tu Corazón con nuevo beneficio de tu Iglesia; concede que podamos corresponder al amor de este Corazón sacratísimo, y compensar con dignos obsequios las injurias hechas por los hombres ingratos al mismo afligidísimo Corazón. Amén.
(Fórmulas y piadosos afectos que pueden ejercitarse para devoción amante al divino Corazón, según él mismo las inspirare.)
Alabanza y adoración al Corazón de Jesús

Oh! Corazón Divino de Jesús, digno de la adoración de los hombres y de los ángeles! Oh! Corazón inefable y verdaderamente incomprensible, digno de ser adorado con infinitas alabanzas por ser fuente de todos los bienes, por ser origen de todas las virtudes, por ser el objeto en quien más se agrada toda la Santísima Trinidad entre todas las criaturas! Oh! Corazón dulcísimo de Jesús! Yo profundamente te adoro con todos los sentidos de mi pobre corazón, yo te alabo, yo te ofrezco las alabanzas todas de los más amantes serafines, de toda tu corte celestial y todas las que te puede dar el Corazón de vuestra Madre Santísima.

Ejercicio de amor al Corazón de Jesús

Oh! Corazón amantísimo de Jesús! Corazón nobilísimo, generosísimo, liberalísimo, mansísimo, humildísimo, ardentísimo en el amor de los hombres! Oh! Corazón de mi Redentor, de mi Padre, de mi Esposo! Oh! Corazón, refugio de mi alma, víctima por mis pecados, descanso de las almas castas! Oh! Corazón amabilísimo, herido con la lanza por mi  amor! Yo os amo con todo mi corazón, con toda mi alma, con todas mis fuerzas; y deseo continuar este amor todos los instantes de mi vida y que os amen con igual amor todos los hombres.

Invocación al Corazón de Jesús

Oh! Corazón poderosísimo, Señor de todos los corazones! Sujeta nuestros corazones a tu imperio; ejercítale en las almas justas y oblígale con tu poder a que te sirvan los corazones ingratos y rebeldes. Oh! Corazón, ejemplar perfectísimo de todos los corazones! Haz los nuestros semejantes al tuyo en la humildad y en la mansedumbre, que quisiste aprendiéramos de Ti.
Dolor por las injurias cometidas contra el Corazón de Jesús
Oh! Corazón de Jesús amantísimo de los hombres, y al mismo tiempo sumamente ultrajado por el olvido de vuestro amor! Yo ingrato pecador, conmovido vehementemente con las injurias y ofensas que padecéis de nuestra ingratitud, especialmente en el Santísimo Sacramento de Amor, llego a Ti, reconociéndome reo, y pidiendo perdón por mí y por todos los hombres. ¡Oh! Corazón dulcísimo, si yo pudiera borrar con mis lágrimas y sangre todos los sacrilegios y ofensas cometidas contra Ti!
Ofrecimiento al Corazón de Jesús, de San Caludio de la Colombière

"Oh! Corazón de mi amantísimo Jesús! Corazón dignísimo de toda mi adoración y amor! Yo [nombre.] inflamado en el deseo de compensar y borrar tantas y tan graves injurias cometidas contra vos, y para huir cuanto está de mi parte el vicio de ingrato, os entrego y consagro del todo mi corazón con todos sus afectos, y a mí mismo con todo cuanto soy enteramente. Protesto que es mi deseo puro y sincero de olvidarme del todo desde esta hora y momento, de mí mismo y de todas mis cosas, para que, quitados todos los impedimentos, pueda entrar en vuestro Sacrosanto Corazón, que con singular misericordia me habéis abierto, y habitar en él vivo y muerto con vuestros fieles siervos.
Encendido, pues, todo en vuestro amor, ofrezco gustoso a este Divinísimo Corazón todo el mérito y satisfacción que puedo tener en los santos sacrificios de la Misa, oraciones, obras de penitencia, humildad, obediencia y de todas las demás virtudes que ejercitare por todo el tiempo de mi vida hasta el último aliento de ella. No sólo quiero hacer todo esto en alabanza y honra del Corazón de Jesús, sino que también le pido humilde e instantemente, se digne de admitir esta perfecta donación de todas mis cosas, que hago a este Santísimo Corazón: de suerte que pueda disponer de todas ellas a su arbitrio, aplicándolas a quien fuere servido, o destinándolas al fin que más le agradare. Y porque ya tengo cedida a las ánimas del Purgatorio toda la satisfacción que pueda tener en mis obras, deseo se les aplique, según el beneplácito del Corazón de Jesús.
Pero no debiendo impedir esta mi donación que yo pueda ofrecer las Misas y oraciones según lo pidieren algunas veces la obediencia y caridad, habiendo de valerme entonces de los bienes ajenos y que ya pertenecen al Corazón de Jesús, es mi intención que todas las obras de virtud que ejercitare entonces, queden dedicadas y consagradas al Corazón de Jesús, como bienes propios suyos.
¡Oh! Corazón Santísimo! Enseñadme, os ruego, el camino que debo tomar para que, olvidado enteramente de mí mismo, llegue a conseguir la pureza de vuestro amor, cuyo deseo me

habéis infundido. Abrásame en vehementes deseos de agradaros; pero siento que de ningún modo podré llegar a conseguir lo que deseo sin aquel grande auxilio, que Vos solamente podéis darme.
Perfeccionad, pues, en mí, Oh! Corazón santísimo, todo lo que os es agradable y conforme a vuestra voluntad. Conozco ciertamente que yo repugno y resisto; pero, si no me engaño, no quisiera resistir: a Vos os toca dar y perfeccionarlo todo. A vos sólo, Oh! Corazón santísimo, se deberá toda la gloria de mi santidad, si mereciere finalmente el conseguirla: ni yo quiero aspirar en adelante a la misma santidad con otro fin, sino el de vuestra gloria y alabanza. Amén.

OH PADRE, TODOPODEROSO Y ETERNO

Oh Padre, Todopoderoso y eterno, mira el Corazón de tu amantísimo Hijo, las alabanzas y satisfacciones que en nombre de los pecadores y te ofrece y concede el perdón a éstos que piden misericordia en el nombre de tu mismo Hijo, Jesucristo, el cual vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amen.

Acto de consagración y desagravio al Sagrado Corazón de Jesús

¡Oh Corazón de Jesús! Yo quiero consagrarme a ti con todo el fervor de mi espíritu. Sobre el ara del altar en que te inmolas por mi amor, deposito todo mi ser; mi cuerpo que respetaré como templo en que tú habitas; mi alma que cultivaré como jardín en que te recreas; mis sentidos, que guardaré como puertas de tentación; mis potencias, que abriré a las inspiraciones de tu gracia; mis pensamientos, que apartaré de las ilusiones del mundo; mis deseos, que pondré en la felicidad del Paraíso; mis virtudes que florecerán a la sombra de tu protección; mis pasiones, que se someterán al freno de tus mandamientos; y hasta mis pecados, que detestaré mientras haya odio en mi pecho, y que lloraré sin cesar mientras haya lágrimas en mis ojos. Mi corazón quiere desde hoy ser para siempre todo tuyo, así como tú, ¡oh Corazón divino! has querido ser siempre todo mío. Tuyo todo, tuyo siempre; no más culpas, no más tibieza. Yo te serviré por los que te ofenden; pensaré en ti por los que te olvidan; te amaré por los que te odian; y rogaré y gemiré, y me sacrificaré por los que te blasfeman sin conocerte. Tú, que penetras los corazones, y sabes la sinceridad de mi deseo, comunícame aquella gracia que hace al débil omnipotente, dame el triunfo del valor en las batallas de la tierra, y cíñeme la oliva de la paz en las mansiones de la gloria.
Amén.

ACTO DE DESAGRAVIO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Oh dulcísimo Jesús, cuyo inmenso amor a los hombres no ha recibido en pago sino ingratitud y olvido, negligencia y menosprecio! Mírame postrado ante Ti, para reparar, con especiales homenajes de honor, la frialdad indigna de los hombres y las injurias con que, en todas partes, hieren tu amantísimo Corazón.

Pero he de reconocer que yo también y en muchas ocasiones me he manchado con tal indignidad, de lo cual me arrepiento ahora vivamente. Te pido perdón e imploro para mi alma tu divina misericordia; estoy dispuesto a reparar, con voluntaria expiación, no solo mis propios pecados, sino también los de quienes, alejados del camino de la salvación y obstinados en su infidelidad, te ignoran, despreciándote como pastor y guía, y hacen caso omiso de las promesas del bautismo.

Te pido perdón porque me he dejado arrastrar por la ignominia del mundo actual: Desconocimiento de los derechos de mi prójimo, indiferencia ante la necesidad y el dolor ajenos, despreocupación por el calvario de quienes, por su indefensión, sufren sin encontrar apoyo: los pobres, los desprotegidos, los perseguidos, los enfermos, los niños, los huérfanos, las viudas y los adultos mayores. Te pido perdón porque, con mis actitudes, he contribuido al resquebrajamiento de mi familia como institución, porque con mi silencio he estado al lado de los corruptos, en fin, te pido perdón porque en mi se han ido perdiendo todos los valores, dejando mi pobre alma en completa languidez espiritual.

Para expiar mis faltas, Señor, me uno a las oraciones y súplicas de la Iglesia universal. Pido a María, tu purísima Madre, a los ángeles, a los santos y a toda la comunidad celestial, su intercesión ante Ti para bien mío y el de todos los pecadores. Te ofrezco la satisfacción que Tu mismo ofreciste un día sobre la cruz al Eterno Padre y que diariamente se renueva en todos los altares de la tierra, prometiendo de todo corazón que , en cuanto me sea posible y mediante el auxilio de tu gracia, repararé los pecados propios y ajenos y la indiferencia de las almas hacia tu amor, oponiendo la firmeza en la fe, la inocencia de la vida y la observancia perfecta de la ley evangélica, sobre todo de la caridad, con el compromiso de impedir, con mi ejemplo y la palabra, que seas injuriado y por atraer a cuantos yo pueda para que vayan en pos de Ti.

¡Oh benignísimo Jesús! Pido a la Santísima Virgen María su intercesión para que, en mi nombre, te ofrezca este voluntario acto de reparación; concédeme ser fie a tus mandatos y permanecer firme en tu servicio hasta la muerte. Como complemento regálame el don de la perseverancia, con el cual podré llegar felizmente a la gloria, donde, en unión del Padre y del Espíritu Santo, vives y reinas por todos los siglos de los siglos. Amén.

PETICIONES AL SAGRADO CORAZÓN

Oh Jesús mío que dijiste: “ en verdad os digo, pedid y recibiréis, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá. He aquí que confiado en tu palabra divina, llamo, busco y te pido el favor de…(haz tu petición)

Padre Nuestro, Ave María y Gloria

Sagrado Corazón de Jesús en ti confío.

Oh Jesús mío que dijiste: “ en verdad os digo, todo lo que pidieres a mi Padre en m Nombre, Él os lo concederá” He aquí que, confiado en tu Palabra divina, pido al Eterno Padre en Tu Nombre el favor de …(petición)

Padre Nuestro, Ave María y Gloria

Sagrado Corazón de Jesús en ti confío.

Oh Jesús mío que dijiste: “ en verdad os digo, los cielos y la tierra pasarán, más mis palabras no pasarán”. He aquí que yo confiado en la infalibilidad de Tu Palabra divina, te pido el favor de……(haz tu petición)

Padre Nuestro, Ave María y Gloria

Sagrado Corazón de Jesús en ti confío.

Oh Sagrado Jesús, infinitamente compasivo con los desamparados, ten piedad de nosotros, pobres pecadores, y concédenos las gracias que te pedimos por medio del Inmaculado Corazón de María, nuestra tierna Madre!

San José, padre adoptivo del Sagrado Corazón, ruega por nosotros.

Ave María.

ORACIÓN AL CORAZON DE JESUS
Corazón de Jesús,
dulce como el corazón de una madre,
el más dulce de todos los corazones,
lléname de dulzura, de paciencia,
de afabilidad, de caridad.
Corazón de Jesús,
humilde como el corazón de un niño,
líbrame del orgullo,
enséñame la pequeñez de corazón y de espíritu
que hace a uno digno del Reino de los cielos...
Finalmente, dulce y tierno corazón,
estamos todos postrados a tus pies;
recíbenos a todos por las manos
de nuestro bueno y venerado Fundador.
Divino Corazón,
a él le inspiraste la idea de esta obra,
a él le encargaste
la dura tarea de comenzarla,
de continuarla en medio
de todos los obstáculos.
Recíbenos,
bendícenos,
llénanos de tu fuerza,
llénanos de tu dulzura,
llénanos de tu Espíritu,
llénanos de tu amor.

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